Papel en blanco

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Yo también odio todos los veintiochos

No me gusta que el Sol se ponga para marcharse luego. Que la noche sólo quiera a la Luna, y nosotros sólo a veces podamos disfrutarla porque nos obliga a dormir. No me gusta despertarme sabiendo que voy a dormirme más tarde, y más tarde ya habrán pasado cinco días, y el 28 es el de despedida. Como siempre. No me gusta nada. Y menos aún entrar por la puerta y ver nuestra habitación, que ya no será nuestra. Llamar al timbre de la 515 y de repente pensar que será de las últimas veces que me pase a molestar, que no hay vuelta atrás, ni opciones de parar el tiempo. De detener el mundo, y bajarnos. Mucho menos me gusta este ambiente de dejar Madrid. Aún menos, que Lola recoja sus cosas, para marchar. Que la habitación se va quedando vacía, y ya me tocará a mí. Y no me gustará. Dejar la 517, para despedirnos de Madrid. Y para Getafe, un hasta luego. No me gusta escuchar gritos arrulladores de alegría y carcajadas que parten de tonterías cuando estudio, y mucho menos me gusta saber que quedará lejano. En un final del 2010 y un comienzo de 2011. En un primero de doble grado aprobado, y terminado. No me gusta dejar las cosas a medias, pero parece que no soporto acabarlas. No me gusta saber que el verano son tres meses. Que empieza en un 28 de mayo.Y vuelve a terminar en un 28 de agosto. No me gusta saber que ha sido un mes, pero se ha exprimido al máximo. No me gusta bajar a comer tras una noche de luces por Madrid, y tampoco me gustan los murmullos, pero menos menos me gusta saber que no despetaremos juntas, que ya no será primero, que las noches se recuerdan entre tres, o cuatro, o seis. No me gustan las despedidas, nunca me gustaron, y no soporto saber que el veintiocho se darán todas juntas. Que el domingo huele a casa, aunque yo vuelva un martes. No me gusta poner lavadoras porque me da pereza tender, aun así aprendí a utilizarlas, y no me gusta recordar que quedó en primero, en las dos primeras semanas, cuando llamábamos a mamá para que nos ayudara, aunque no estuviera con nosotros. No me gusta ver que ya no habrá más timbrazos, a altas horas de la madrugada. No me gusta recordar cuánto me gustaban esas conversaciones filosóficas sobre mundos, "el amor que es la fuerza de todo", y nuestras carcajadas al escucharlo. No me gusta el horario que mantuvimos desde el principio, menos me gusta saber que nos acostumbramos. No me gusta haberme malacostumbrado a tantas cosas, nunca había dormido tanto, nunca había dormido tan poco. No me gusta sentir que el aire se vicia. No me gusta escuchar canciones que hablan tanto de nosotros. No me gusta decir no, para luego acabar en sí. No me gustan los cambios de principios. No me gustan muchas cosas más. No me gusta Andrea y su "yavoy!", porque viene media hora más tarde. No me gustan los piques de enfados tan frecuentes con Pablo, por mucho que parezca que nos encantan. No me gusta haberme aprendido tan tarde la 251. No me gusta que las personas dejen de hablarse. No me gusta Berta y su tuentiadicción. No me gusta Estefanía y su obsesión estudiantil. No me gustan Tere y sus prácticas de lunesymartes. No me gusta Darío y su nerviosismo frustrante. No me gusta Lucía y su manía de desaparecer. No me gusta que Adri viva tan lejos, y menos verla tan poco. No me gusta Elenabuh y su manía de estar tanto tiempo encerrada en la biblioteca. No me gusta María y su temperamento borde. No me gusta Blanca, directamente. No me gusta Celia y su manía de estar al corriente de todo, y menos aún que tenga una camiseta morada. No me gusta Sabela y nuestra manía de acabar los trabajos en el último momento. No me gusta Laura y su periodismo deportivo. No me gusta Eric y su disponibilidad. No me gusta nada. No me gusta que no nos escuchen. No me gusta que seamos jóvenes atrapados en el tiempo. No me gusta que el tiempo nos lleve a donde quiera. No me gusta que nos hayamos encontrado, quizás deberíamos buscarnos de nuevo. No me gusta Madrid y su forma de reunirnos, no me gusta que seamos de toda España y nos encontremos en Sol. No me gusta escribir sobre despedidas y recuerdos. No me gusta sentir el cambio, me encanta vivirlo. No me gusta tener que volver en septiembre a clase. No me gustan los abrazos por compromisos. No me gustan los compromisos. Vernos, no será un compromiso. Otro veintiocho más. No me gusta echar de menos. Y menos aún me gusta decirte, Madrid, que te echaré de menos desde el mismo momento en el que ponga un dedo del pie en el tren, desde que coja el cercanías, desde las margaritas-universidad, desde que camine acompañada con la maleta, desde que salga por la puerta de nuestra "FER", desde que pase por conserjería dejando llaves, desde que deje esta casa, desde que baje en el ascensor con fecha de caducidad más que pasada, desde que salga por la puerta cerrando la 517, desde que la 517 se quede vacía, desde que la maleta esté terminada, desde que empiece a hacer la mudanza, desde que la habitación está rara. Y eso es ahora mismo.

4 apreciaciones:

A mi no me gustas tú y tu forma de hacerme llorar. Te voy a echar muchísimo de menos en la 517.

 

Diooooooos!!!!! without words...
Tendré que ir a verte, que remediooo!=)
pero ten en cuenta una cosa: Recordaré eternamente el "Yuhuuuu" y el chiguagua volandoooo!!!! jajajaajajaja

 

No me gusta tener que echarte de menos 3 meses. Y no unos cuantos días, que ya cuestan lo suyo.

 

Como ya te dije ayer, preciosidad de texto. Uno de los textos más hermosos que has escrito. Cuánto has crecido. ¿Ves cómo al final voy teniendo razón y necesitas cada vez menos a personas que tú y yo sabemos? Crecerás y crecerás, y yo me dedicaré a ser una persona egoísta que sólo piensa en mí. Maravilloso texto, ya lo sabes.

 

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