Papel en blanco

Open 24 hours

Ceguera.

Miras atrás y ves nada, el cielo se escondió mientras la luna bostezaba. Y vuelves la vista atrás como si hubieras dejado algo importante pero ya no recuerdas el qué pero al menos, haces el intento. Y te giras de nuevo, creyendo haber escuchado un estruendoso cambio de planes, pero te detienes, ha sido simplemente el sueño de la luna que ha llegado a tus oídos. Has quedado desamparado ante la protección de la luna, parece que ya no se acuerda de ti, que ya la perdiste. Hasta ahora no sabías cuánto podría valer el tiempo y tampoco si merecería la pena, llevas desde siempre yendo hacia delante y nunca te dio por mirar hacia otro lado, resulta que ya has dejado demasiado. La gente se preocupaba, te tenía en cuenta y pasaste de todo, ahora se te hace extraño pero no es más que lo que te mereces, y yo no soy nadie para decírtelo, de hecho, nunca he sido nadie, tan sólo el rastro de perfumes que dejas tras de ti, ese que apenas puede ver el mundo, pero que se nota cuando falta.
Sigues parado, anda te digo, y haces caso omiso del susurro que a penas llegó a tus oídos, se quedó por el camino. Invisible, no me ves, ellos tampoco lo hacen.
Entonces recuerdas una melodía, tu cara se transforma en desconcierto, algo acaba de pasar por tu mente, pero lo rechazas, lo suprimes todo. ¿Por qué sigo aquí?
Nadie responde, como ya suponía, quizás ese pensamiento ni siquiera haya salido de mi cabeza. Tú sigues de pie, con intención de sentarte, esperar, no sé el qué, pero parece que vas a esperar. De repente, en tu rostro se denota un cambio de opinión, seguirás hacia la playa, sin más. Esa playa… yo la recuerdo, aún.

0 apreciaciones:

Publicar un comentario

Ĭ