Tras la primavera apareció el verano y así esos cambios se vieron dibujados. Una sonrisa en cada cara, y dos, cuatro, seis, ocho manos unidas en una imagen que no se volvería a repetir muy a menudo. Ningún te quiero fue dicho, no era necesario. El corazón seguía helado...
18.o7.2o1o
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