Papel en blanco

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Desconciertos


Acurrucada cada día en la hamaca amanecía. El sol me trasladaba al paraíso. El paraíso estaba cubierto por una capa transparente. Vivía en una burbuja. El mundo sonaba en el exterior. Con la radio apagada, desconectaba. Un simple off y ya podía decir adiós a las ataduras. La quemazón me estaba superando. Necesitaba agua. Y no, no había nadie cerca con una botella. Siempre prefería caminar con los ojos cerrados. Cada día notaba más esas cuerdas. No escuchaba lo que decían las dichosas noticias. Tampoco hacía falta. Lo sentía. De vez en cuando, unas voces me preguntaban el qué. No sabía qué responder. Nunca supe reconocer sentimientos. Sólo podía afirmar que el exterior estaba demasiado lejos. Aun así seguía desconociendo el porqué. ¿En qué momento escapé de las palabras? Ah, sí. Cuando encontré el botón exit. Qué pena. Ya no lo recuerdo. Y dudo que pueda volver a encontrarlo. Una vez y ya. Sólo una. A veces perdía oportunidades. ¿Y si estoy aquí, qué perdí? Quiero pedir una hamaca nueva. El mundo sigue sin escuchar. Cada día, veo más cicatrices. ¿Serán todas imaginaciones mías? No soy una persona excesivamente pesimista. Así que no creo habérmelas inventado. Existen. Aquí no hay nada. Una hamaca. Una playa. Cabañas. Y se sueña bien. Tranquilidad sin artefactos que hacen puuuuuum!! Y explosionan. El telescopio te acerca a la realidad. Venden y compran armas. Me vuelvo a mi hamaca.
Hoy no quiero saber más.
 

                                          

1 apreciaciones:

Pues mola, tú :)
mundos paralelos, siempre me encantaron :)
y ahora sólo ando pensando en los locos de anoche...

 

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