Papel en blanco

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Carta escondida para mi más preciada desconocida.

Querida forastera soñadora:

Me complace escribirte, mas el motivo es advertirte. Excusarme, en primer lugar, puesto que no has recibido una buena carta de presentación, y quizá ésta sea todo lo contrario a lo que desearía haberte dicho antes de que aprendieras a leer. En segundo lugar, buenos días, preciosa. Espero que hayas encontrado este escrito en un día de esos soleados, con una brisa que te arrope, si no es así, ojalá estas palabras te consuelen. Me parece muy extraño estar pensando en ti en estos momentos, muchos años antes de lo que te puedas imaginar, aunque, deberías tener una idea, el papel ha de estar muy arrugado y doblado, en definitiva, desgastado.
Perdóname, si no pude quedarme a tu lado, hay demasiadas razones, que ojalá no comprendieras nunca; dicen que las buenas personas, y aquellas que no son tan buenas pero no sobrevivieron a sus ideales, aquellas que luchaban por un pedacito de tranquilidad, la mayoría de ellas, no llegaron a su objetivo, pero sí a su fin. Me gustaría tanto conocer que tu forma de pensar está relacionada con ellas, que nos correspondes. Pero, por otro lado, me encantaría saber que eres feliz. Ser feliz en un mundo lleno de despropósitos y desgracias ajenas, además de las personales, es una tarea ardua. Sé que podrás hacerlo, que si estás leyendo mis palabras ahora, es porque has conseguido alcanzar mi corazón, y que tu rostro desbordará alegría, que lo hará siempre. Y tú, mi dulce esperanza, brillarás como lo llevas haciendo desde que apareciste en este mísero mundo. Porque, ya conoces el sabor de las derrotas, y tan sólo te quedan unas pocas, que de ahora en adelante, saborearás cada segundo, como ya has hecho muchas veces, seguro. Oír palabras que te desagradan te ayudará, tus fuerzas crecerán, no te desanimes, si estás leyendo ahora mismo, es porque alguien te ha querido mucho, has ocupado muchos pensamientos, y después, serás consciente que el tiempo lo es todo, que nos maneja y nos manipula a su antojo cual caprichos de sanvalentín. Sabrás y conocerás distintos paisajes, diversas miradas, nuevos acentos, palabras que te acompañen, incluso que te rebienten los tímpanos al susurrarlas. Tú, si has llegado a este punto, eres capaz de mucho, que lo imposible contiene posibilidades, no lo olvides. Quizás tendría que haber utilizado esas nuevas tecnologías para que me imaginaras más real. Yo creí que sería más virtual, que preferirías un papel con tinta, escrito a mano, y sentido.
Quizá estuviera equivocada, a lo mejor tenía que haber quedado todo en el olvido, la escondí creyendo que nunca la encontrarías, que no aparecerías, jamás. Y si en algo me equivocaba era en que podría desaparecer sin dejarte mi huella. Marcándote aún más, trasladándote mi dolor. Ten cuidado, mucho animal suelto, no creas argumentos que estén de más, pasados de época, busca por ti misma, no esperes encontrarme. No soy una simple carta. Y tú eres el reflejo por el que siempre velaré.

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